Ahora puedes pasar revista a tus pretendientes
mira a aquellos ricos opulentos que te ofrecen plata y oro
escudriña la ropa de marca en la que brillan fùlgidos logos
tal vez te convenga mejor aquel Mercedes Benz
tù sabes, debes elegir bien para despuès no llorar
y es clara tu balanza para el pesaje.

¿Y què puede ofrecerte un poeta soñador?
hay demasiados lujos del otro lado, demasiados brillos;
en contraste con mi raìda vestimenta allà hay pùrpura fina
puedes degustar bistecs y caviar importado
puedes estirarte a tu antojo en canapè reluciente.

Resplandecen demasiados tapices del otro lado
mancebos bien nutridos dispuestos para tu porvenir
y de este lado un pobre hambriento que sòlo engulle malvas moradas
tambaleante en medio del palafrèn rey de la caballerìa
balbuciente en medio de ricas conservas enlatadas.

No me han derrotado tus pretendientes
aunque aplasten mis versos con cataratas de màquinas consumistas
ellos no tienen el don de la palabra indòmita, fundadora de canciones
como enamorado soy mejor y màs experto que ellos
y asì lo puedes palpar viendo en las nubes tu castillo principesco.